Retrasar la jubilación en España puede ofrecer varios beneficios tanto a nivel personal como económico. Uno de los principales es el aumento de la pensión que se percibe al alargar la vida laboral. Cuantos más años se trabaje, mayor será la base de cotización y, por lo tanto, la pensión mensual. Además, aquellos que decidan retrasar su retiro pueden optar a un incremento adicional en su pensión por cada año que continúe trabajando más allá de la edad legal de jubilado.
A nivel personal, seguir en activo durante más tiempo puede ser muy beneficioso para la salud mental y física. El trabajo nos mantiene activos, conectados con la sociedad y en constante aprendizaje. Esto puede reducir el riesgo de sufrir problemas como la depresión o el deterioro cognitivo, comunes en personas que se desconectan del mundo laboral de forma abrupta.
Además, retrasar la jubilación ayuda a equilibrar el sistema de pensiones en España, que afronta desafíos debido al envejecimiento de la población. Con más personas contribuyendo durante más tiempo, se asegura una mayor estabilidad económica.
Retrasar la jubilación no solo mejora las finanzas personales, sino que también favorece la salud y contribuye a la sostenibilidad del sistema público de pensiones en España.