Los trabajadores autónomos pueden enfrentar multas y sanciones por no presentar adecuadamente sus declaraciones de impuestos, tanto del IVA como del IRPF. Es común que los autónomos deban presentar trimestralmente los modelos 303 y 130 ante la Agencia Tributaria.
Entre los errores más comunes al presentar el modelo 303, se destaca la inclusión de gastos no deducibles. Por ejemplo, si se introduce una factura que incluye la compra de material de oficina y también una mochila escolar, y se considera el IVA de esta última como deducible cuando en realidad no lo es.
Además de los errores en la declaración del IVA, perder una factura de venta y no contabilizarla correctamente también puede generar problemas. Cuando el cliente declara dicha factura, se produce una discrepancia que lleva a que Hacienda inicie una investigación.
Las sanciones impuestas por Hacienda variarán según la gravedad del error y el importe defraudado. Estas pueden oscilar entre el 50% y el 150% del valor defraudado. Si se cometen errores, Hacienda puede suponer que el autónomo ha estado actuando de la misma manera con otras facturas, lo que podría resultar en una inspección más exhaustiva.
En caso de presentar declaración fuera del plazo establecido, el autónomo también puede enfrentar recargos. Si el modelo 303 se presenta tarde y se debe pagar el IVA correspondiente al trimestre, se aplicará un recargo. Es importante destacar que la sanción solo llegará si el retraso es tan significativo que Hacienda envíe un requerimiento al profesional.
Los recargos por retraso pueden variar según el tiempo de demora. Si se presenta antes del requerimiento y el resultado de la declaración es a pagar, se aplicará un recargo del 1% del importe a pagar por cada mes de retraso. Si el retraso supera el año y la declaración no se ha presentado a tiempo, el recargo será del 15% para los que no la hayan presentado a tiempo y si el resultado es a devolver, la multa será de 100 euros.
Fuente: cincodias.elpais.com