Los autónomos pueden asumir distintos roles directivos en su empresa, cada uno con sus responsabilidades y ámbitos de actuación.
- CEO, es el máximo responsable, es el director general y representa el nivel más alto de liderazgo en una empresa. Entre sus responsabilidades está la toma de decisiones estratégicas y el liderazgo del negocio.
- Gerente, es el organizador, supervisa áreas o departamentos específicos asegurando su eficiencia operativa. Esta figura es común en empresas tradicionales como en nuevas sociedades.
- Administrador, es el gestor diario, se encarga de la gestión cotidiana y el papeleo de la empresa.
- Director Ejecutivo, se centra en decisiones empresariales prácticas y directas. Su enfoque es más operativo que estratégico.
Un autónomo puede elegir cualquier cargo que refleje su rol en la empresa. Se trata de una elección personal y depende de las actividades que el empresario realice en su negocio.
Además, un autónomo que dirige su propia empresa debe estar constantemente actualizado en las últimas tendencias del mercado, y posibles cambios en la legislación que puedan afectar a su negocio.
También es importante desarrollar habilidades de networking y relaciones públicas, construir una red de contactos sólida puede abrir nuevas oportunidades de negocio, colaboraciones y alianzas estratégicas.
El autónomo societario debe ser un líder versátil, capaz de adaptarse a un entorno cambiante, comprometido con el aprendizaje continuo y consciente de su impacto en la sociedad y el medio ambiente.
Fuente: cincodias.elpais.com